lunes, 18 de mayo de 2009

ISUR por Pepi

Si algo hace Isur diferente de otras ciudades es que en lugar de aire tiene una espesa calina que se alimenta de la voz y las ideas del que la inhala y que cubre plenamente las calles. Las habitaciones están llenas de folios en blanco, partituras sin usar o pinceles resecos. Sobre los peldaños se posan restos de historias carcomidas que las personas olvidan sin percatarse. Encima de los tejados se suelen refugiar políticos e intelectuales en un intento vano de proteger sus pensamientos. Si los ciudadanos pueden andar por la ciudad preñados de mentes huecas y palabras vacías, no lo sabemos. Pero estamos seguros de que algún ente superior engorda su ego con lo robado. Les conviene permanecer quietos y tendidos ya que el ardor aumenta a una altura media y sobre todo con el movimiento. Hay quien dice que en otra era se forjó allí una raza con un pensamiento privilegiado que fue reprimida por el engreimiento de los poderosos, hasta que el recalentamiento de mentes y corazones chorreó la calma ladrona de ahora y no queda sino creerlo. Los lugares están plagados de vacio, rezumando una humedad grisácea que a nadie parece importarle. De noche, fijando el oído al suelo, se puede escuchar el eco de las voces perdidas que andan organizándose, aguardando el mejor instante para su insurrección.

5 comentarios :

Anónimo dijo...

Como la vida misma. Deberías haber aclarado al inicio del relato: "toda similitud con la vida real..." porque bien podría ser la mitología de nuestra sociedad, la reflejas muy bien, las ideas, los pensamientos, la creatividad, encarcelada. Muy bueno.
Diana

Diente de león タンポポ dijo...

Pues sí, Diana tiene razón. Sólo queda mencionar las televisiones con los programas basura y las nuevas modificaciones en el sistema escolar.

Un buen cuento, Pepi

Un beso.

Nieves dijo...

En efecto, real como la vida misma. Así son las cosas y así las has contado.

Nieves.

Anónimo dijo...

Es verdad lo que decís, pero yo me quedo con el final un tanto esperanzador: menos mal que siempre hay por ahí algún insurrecto dispuesto a cambiar las cosas...

Gracia

Anónimo dijo...

Hola Pepi un saludo de Glori, me ha gustado mucho el escrito de Isur, me voy a vivir alli ahora mismo, un abrazo guapísima.