martes, 29 de abril de 2008



Cristina:
Hola chicas/os el día 24 de Abril, en conmemoración del día del libro, nuestro club aportó su granito de arena, y en la biblioteca del Sol, hubo risas, emoción, e ironía, gracias a los relatos y poemas que nos envolvieron en una atmósfera cálida y entrañable.
Después hubo cena, y a los postres un ejercicio de imaginación y buen humor, cerca del arcoiris... pero eso es otra historia, sólo para mujeres...
Por cierto faltaron los chicos, pero Antonio vino a la lectura y desde aquí, le agradecemos su apoyo y presencia incondicional...
Un besazo





Día del Libro. Tarde-Noche memorable
Ausencia clara de los chicos...

Lectura en el Depósito del Sol (fotos de Toñi)



viernes, 25 de abril de 2008

Lectura en el Depósito del Sol


Ayer, 24 de abril, a las 7 de la tarde leimos en la Biblioteca del Depósito del Sol.

Estuvimos muy pocos, pero fue una lectura especial. Los bibliotecarios Rosa, Jose Manuel y Maria Luisa nos escucharon y disfrutaron con nosotros (bueno, al menos sonreían) y Antonio nos acompañó en la lectura. Las atrevidas lectoras fuimos: Diana, Alicia, Teresa, Mercedes (sí, Mercedes leyó unos poemas preciosos y un cuento), Nieves (le dió tiempo a llegar, menos mal) y Toñi. Diana además leyó de esa forma tan maravillosa el relato de Jose Arístides: "Con otra luz" y nos encandiló a todos. Se sumó al acto nuestra poeta Mari Ángeles, del club de lectura. Cristina fue la fotógrafa.

Espero que dejeis aquí las fotos (las que se puedan poner; en cuento las descarge colgaré las mías) y que hablemos sobre la posibilidad de sacar un nuevo folleto con los relatos y poemas que se leyeron.

VOTA TU RELATO FAVORITO SOBRE LA FOTO DE LAS CHANCLAS


Por unanimidad las chanclas playeras fueron la fuente de inspiración elegida por todos vosotros para el ejercicio.
Os animo a colgar vuestros relatos en el blog para poder leerlos con calma, especialmente aquéllos que no pudísteis estar ayer. Después votad el que más os guste.

jueves, 24 de abril de 2008

ARTICULO DE FRANCISCO UMBRAL (Enrique)

Esta tarde, repasando archivos de cosas que me han gustado especialmente y que voy guardando me he topado con un artículo de don Francisco Umbral, para mi uno de los más grandes prosistas del siglo XX-XXI, era famoso por su mal genio y sus salidas de tono, pero yo creo que no eran sino una forma de protegerse o de esconderse ante los demás. Transcribo aquí un artículo que me encantó y que es nada más y nada menos que del 29 de septiembre de 1995. Se titula "Las ninfas" y está dedicado a dos adolescentes madrileñas que se suicidaron por amor, amor entre ellas dos. A mi me parece de una poesía infinita. Ya me contaréis. Si os resulta más cómodo leerlo buscando en la pagina web de "El mundo" en hemeroteca con el título o buscando en edición impresa, hemeroteca, el mundo en papel, y la fecha 29/09/1995 podréis verlo también. Un saludo para todos. Aquí va:

LOS PLACERES Y LOS DIAS (El Mundo, 29 de septiembre de 1995)
Las ninfas
FRANCISCO UMBRAL


Han volado desde el Viaducto al cielo ingenuo de las niñas sáficas. Se llamaban Cristina y Susana. Han dejado aquí, como ceniza de su amor, una carta de despedida ¿a quién? y fotografías de su vida. El Viaducto, alto nido de los viejos suicidas madrileños de antaño, ha sido ahora palomar de dos palomas adolescentes y pecadoras que mueren de no poder soportar la dulce culpa de quererse como se quieren los ángeles del tercer sexo, sin memoria, sin entendimiento, con voluntad.
Aquel amor sáfico y niño ha subido al cielo rosa y pálido de la inocencia, pero las alas manchadas de Cristina y Susana han quedado en sendos nichos del cementerio de Carabanchel, ni siquiera un nicho para ambas. La muerte que une, a veces separa. Una cosa es la muerte lírica de dos amigas de corazón unánime y otra cosa el orden adusto y nicotinado de la Administración, de los funcionarios de la muerte.
Las dos eran morenas, pero una tenía ojos vivos de ardilla enamorada y la otra tenía los ojos largos y lánguidos de las princesas carabancheleras que todavía crecieron entre tranvías que a veces les cogían las alas. Ambas gastaban pendientes mínimos, brazaletes, sortijitas, un pequeño colgante al cuello, todos los atalajes mínimos y usitados de un amor púber, misterioso y como de barrio. Sonreían con una resignación previa al futuro que no tenían o que no querían. Al futuro que no podían.
-Nunca llegaremos a los diecisiete años- solían decir.
Ahora hay flores en el Viaducto, han crecido las flores de la amistad en el punto de donde partió el vuelo sin futuro, el vuelo sin aire de las dos criaturas. En las hermosas e indiferentes mañanas de este otoño madrileño, en las acuñadas y quietas tardes de este septiembre con fiebre humana de octubre, las flores por Cristina y Susana son como un sol caído y deshojado que tiene cierta grandeza griega y un rayo último de cobre y luz, que llega desde la mítica isla de Lesbos.
En un banco del parque, en la madera de tiempo y desvarío, sobre los tiernos y viejos nudos, están los nombres de Cristina y Susana, entre otros nombres jóvenes y perpetuos: la pandilla. Ya don Antonio Machado se emocionaba con estas cosas, las cantaba, y amó mucho a una niña como Cristina, como Susana. El amor, siempre adolescente, vive de unos ritos antiguos e ingenuos, primitivos y sagrados, perdurables y municipales.
El amor adolescente siempre es así. Chico/chica. Chico/chico. Chica/chica. El amor adolescente no tiene sexo y por eso a veces se confunde. O más bien es anterior al sexo y se resuelve, un minuto antes de la muerte, en el beso que no engendra. La juventud siempre cree estar renovando el mundo, pero es la antigüedad persa o griega de los limpísimos cuerpos, como almas, lo que habita su ademán de amor, su ademán de muerte. Siempre pasa.
Una ciudad como Madrid, sobrecrecida, sobreactuada, infartada de ruedas y políticos, recalentada de urgencia y de palabras, una ciudad de hierro y cristal, de acero y ejecutivos, de dinero crudo y violento, como munición del vivir, todavía puede dar una historia tan sencilla, tan griega (de una Grecia enferma de Persias), tan antigua y actualísima. Dos ninfas de Safo con pantalón vaquero componen un poema sáfico, justamente, que los barrenderos cruentos del cementerio han barrido como hojas manuscritas de este otoño, al pie del nicho. Es Madrid, o sea.

LAS CHANCLAS (Diana)

El primer día que Matilde decidió, por fin, bajar a la playa se sintió extraña, como un preso en su primer permiso carcelario. Era una mañana fresca de primavera, el paseo marítimo aún estaba desierto y la arena impoluta, había pasado la máquina limpiadora y sólo se distinguían las pisadas de las gaviotas, a excepción de las chanclas. Estaban a unos escasos metros del límite en el que rompían las olas. Dos chanclas azules con el borde de la suela en blanco. Dos chanclas de hombre a juzgar por el tamaño y, partiendo de ellas, un sendero de pisadas de pies descalzos avanzando paralelo al mar como una culebra deslizándose perezosa.
A falta de otra cosa mejor que hacer decidió seguir el rastro. No se veía persona alguna por los alrededores con lo que concluyó que el hombre debía de haberse alejado bastante en su paseo matinal. Matilde caminó intrigada, siguiendo el senderito de culebra alrededor de dos kilómetros sin encontrar al dueño del calzado, ante ella las huellas se perdían a lo lejos, se sentía cansada y decidió volver, era un esfuerzo demasiado grande para su maltrecho cuerpo. Poco a poco, le dijo el médico, no olvides que ha sido una convalecencia muy larga y tienes que tener paciencia. Matilde volvió sobre sus pasos y permaneció el resto de la mañana tumbada en la hamaca alquilada sin perder de vista el par de chanclas.
Al día siguiente, otra vez por la mañana, volvió a encontrar, casi en el mismo lugar, el par de sandalias del que partía nuevamente el rastro holgazán avanzando paralelo al agua. Repitió la pesquisa con idéntico resultado: dos kilómetros o algo más sin encontrar al dueño de la culebra misteriosa.
Durante una semana, todas las mañanas repitió la misma operación, cada día encontraba el calzado esperándola, cada día se aventuraba un poco más. Sentía que estaba recuperando las fuerzas, sus piernas, llenas de cicatrices volvían a ser suyas después del accidente en el que casi las perdió. Se sentía satisfecha, optimista, sabía que la vida le había dado otra oportunidad y quería apurarla al máximo.
Al cabo de diez días aquello era casi una obsesión, llegó a preguntarse si realmente existía un hombre al final del camino. Se preguntaba cómo sería, qué motivación tendría para repetir ritualmente todas las mañanas la misma acción que tanta curiosidad despertaba en ella.
El día número doce llegó casi exhausta a divisar, a un centenar de metros, una figura masculina jugando con las olas. Se acercó un poco más, extendió la toalla que llevaba sobre sus hombros y se sentó a observar la escena. El hombre era joven, algo más joven que ella, alto, con un cuerpo agradable. Dedicó casi una hora a contemplar cada uno de sus movimientos.
Al día siguiente bajó, como de costumbre a la playa a primera hora de la mañana, encontró nuevamente las chanclas azules marcando el inicio de la larga caminata y se marchó en dirección contraria deseosa de encontrar otro rastro misterioso que seguir, otra víbora dorada que le prometiera un nuevo descubrimiento.

EJERCICIO SOBRE LAS CHANCLAS. "LAS SIESTAS EL ABUELO" DE TERESA


Arsenio Crespo soñaba con el mar, y cuando esto ocurría despertaba invadido por una sensación de paz muy parecida a la felicidad. El rumor de las olas lo acompañaba después, como un dulce arrullo, durante las horas en las que trabajaba en la ferretería, mezclándose con el tintineo metálico de los clavos, de las herramientas, de las monedas al sumergirse en la caja registradora.

Y es que Arsenio era un hombre pequeño con dos sueños grandes como globos que le elevaban y le hacían vivir casi siempre en suspenso. Uno de esos sueños era vivir cerca del mar, cosa que pensaba cumplir pronto, cuando se jubilara; el otro mucho más sublime, era el de hacer un gran descubrimiento capaz de conmover a la Humanidad: para ello hubiese deseado ser un gran científico y poder inventar quizá una vacuna contra la pobreza o una pócima mágica para la felicidad. Sin embargo el destino, más avaro, le había llevado a ser el dueño de un modesto negocio, y los únicos medios con los que contaba para llevar a cabo su propósito era el taller que había instalado en los sótanos de la ferretería; allí se pasaba horas enteras encerrado, trajinando con sus cachivaches hasta que la perseverancia y las buenas intenciones dieron sus frutos y Arsenio, como si de un juego se tratase, inventó la máquina de la invisibilidad. Sin embargo, dada la grandeza de sus pretensiones, le pareció éste un descubrimiento vulgar, y un poco decepcionado consideró que había terminado para él el tiempo del trabajo y de las experimentaciones.

Arsenio dejó la tienda en manos de su hijo, y entonces, sí, quiso comprar una casita junto al mar y trasladarse allí a vivir con Lola para olvidarse de todo. Pero una vez más el sueño explotó como los globos que vuelan demasiado alto, y es que a su hijo el peso del negocio le vino demasiado grande, y necesitó de la ayuda de su mujer, mientras que los niños quedaban al cuidado de los abuelos y el proyecto de Arsenio continuaba postergado sin fecha.

Y como la mente de un inventor nunca se jubila, un día Arsenio tuvo una idea clarividente con la que enlazar sus dos pasiones. Primero, para disimular, comenzó a practicar con su descubrimiento una invisibilidad cotidiana, de andar por casa. Los niños y su mujer poco a poco se acostumbraron a verlo, o mejor dicho, a no verlo. Los nietos encontraban divertido que el abuelo jugase al escondite disfrazado de nada; en cuanto a Lola, tomaba aquello como una excentricidad propia de la vejez que había que dejar pasar.

Y así él, algunos días, cuando la ciudad se le antojaba demasiado gris y los niños demasiado ruidosos, se colaba en el taller y después, en la condición de invisible, aprovechaba la tecnología de los trenes de alta velocidad para en poco más de una hora encontrarse en las playas catalanas. Allí se entregaba al placer de bañarse como Dios los trajo al mundo en aguas del Mediterráneo, y antes de volver paseaba tranquilamente por la orilla, aunque eso sí, siempre tenía la precaución de agenciarse para ello las chanclas de algún bañista despistado; sus pies invisibles no se acostumbraban a quemarse con la arena.

Se me olvidaba decir que Arsenio, antes de salir, colocaba con sigilo sus zapatillas de paño a los pies del sillón orejero. Mientras, en casa, no dejaban de asombrarse de la capacidad que tenía el abuelo para dormir tan monumentales siestas en tan malas condiciones.


miércoles, 23 de abril de 2008

Ejercicio reunión 7/05/08



Si pincháis el enlace podéis ver la secuencia de la película en youtube



EJERCICIO
Cambiar el guión a una secuencia de la película “Sin Perdón” dirigida y protagonizada por Clint Eastwood.
Que cada miembro lea al resto algún fragmento de una obra literaria (un poema, un párrafo, algo muy corto) que le haya sorprendido por su calidad, por la forma en que está escrito, etc. A continuación deberá exponer las razones de porqué le gusta. (total de este ejercicio 5minutos por persona).

Argumento de la película:
Clint Eastwood y Morgan Freeman son dos forajidos retirados que cogen sus armas por última vez para conseguir una recompensa que ofrecen las prostitutas de Big Whiskey, quienes quieren vengarse de unos vaqueros que maltrataron y acuchillaron a varias de ellas. En el pueblo impera la ley de Gene Hackman, el sheriff, un ex-pistolero que aplica la ley con máxima crueldad.
Argumento de la escena:
Los dos forajidos han matado a los vaqueros que maltrataron a las prostitutas. El sheriff, ha dado alcance a Morgan Freeman y lo ha matado. En la puerta del “Saloon” ha puesto al muerto dentro de una caja con un cartel que dice: “Esto es lo que le sucede aquí a los asesinos”. El Sheriff está dentro planeando una nueva partida con sus ayudantes y gentes del pueblo para atrapar a Eastwood, entonces éste traspasa la puerta del local para vengar la muerte de su amigo.

DIÁLOGO:
Dentro del Saloon el sheriff habla a sus hombres.
Sheriff: Sólo lo diré una vez más, lo dejaré bien claro. Así que no volváis a preguntarme. A los que hoy me habéis ayudado, el condado os pagará un trago. Y los de ayer salisteis a caballo tenéis pagado otro. ¡Un momento! ¡Silencio! Así que se os invita a dos tragos, pero los demás los pagáis vosotros. ¿Me has oído Skiny?
Skiny: Sí, señor.
Sheriff: Muy bien, saldremos a primera hora de la mañana. Les perseguiremos hasta Tejas, así que no gastéis todo el dinero. ¿De acuerdo? Formaremos cuatro grupos. Daremos una batida por granjas y caminos, trazando un gran círculo. Así encontraremos a alguien que haya visto a esos canallas.
Eastwood acaba de entrar y apunta con su rifle al sheriff.
Eastwood: ¿Quién es el dueño de esta pocilga?
Todos callan, entonces apunta a uno y dice:
Eastwood: Tú, bola de grasa, contesta.
El dueño avanza un paso y dice:
Dueño: Yo soy el dueño de este local. Se lo compré a Greely por mil dólares.
Eastwood: Será mejor que se aparten (se lo dice al resto)
Sheriff: Baje ese rifle. ¡Quieto!
Eastwood dispara y mata al dueño. Las prostitutas que desde las escaleras observan la escena gritan.
Sheriff: Es usted un miserable y cobarde hijo de perra (le dice a Eastwood). Ha matado a un hombre desarmado.
Eastwood: Pues debió haberse armado cuando decidió decorar su Saloon con mi amigo.
Sheriff: Usted es William Munny, de Missouri. El asesino de niños y mujeres.
Eastwood: Así es. He matado mujeres y niños. He disparado sobre cualquier cosa que tuviera vida y se moviera. Y hoy he venido a matarle a usted… por lo que ha hecho a Ned (el amigo). (Pausa) Será mejor que os apartéis. (se lo vuelve a decir al resto)
Sheriff: Bien, caballeros. Solamente le queda una bala. Cuando dispare, sacad vuestros revólveres y dispararle como el perro sarnoso que es.
Los dos hombres se quedan mirando. Entonces, Eastwood dispara y el rifle se encasquilla.
Sheriff: Ha fallado. Disparad a ese cabrón.
El Sheriff saca su revolver, Eastwood le lanza su rifle y saca el suyo de la cartuchera. Ambos disparan y el Sheriff cae herido de muerte. Entonces se organiza un tiroteo con el resto de ayudantes del Sheriff, Eastwood los mata a todos. Después dice:
Eastwood: Todo el que quiera seguir con vida será mejor que se largue.
El local se queda vacío, Eastwood coge una botella y se sirve un vaso de whisky. Entonces debajo de un cadáver sale un hombre e Eastwood le apunta con el revolver.
Escritor: ¡Dios mío! ¡Estoy herido! ¡Estoy herido!
Eastwood: No está herido.(sigue apuntándole)
Escritor: Por favor, yo no tengo revolver, no estoy armado.
Eastwood: Deme ese rifle, démelo. Y las balas.
Escritor : ¡Oh, Dios! Ha matado a Little Bill (el sheriff).
Eastwood: ¿Seguro que no tiene un arma?
Escritor: Seguro, se lo juro. Yo no tengo ningún arma. Nunca he tenido ningún arma, yo soy escritor.
Eastwood: ¿Escritor? ¿Escribe cartas?
Escritor: Libros
Eastwood: ¿Libros?
Escritor: Sí. (mirando a los cadáveres, añade). Es increíble, ha matado a cinco hombres usted solo.
Eastwood: Sí.
Escritor: Ese rifle es un Spencer, ¿verdad?
Eastwood: Así es.
Escritor: ¿A quién ha matado primero? Cuando un buen pistolero se enfrenta a un número superior de hombres, siempre dispara antes sobre quien mejor dispara.
Eastwood: ¿Es así?
Escritor: Sí, me lo dijo Little Bill. Seguro que es el primero al que mató
Eastwood Eastwood: Tuve suerte en el orden. Pero siempre tengo suerte cuando se trata de matar.
Escritor: ¿Y quién fue el siguiente? Clyde, ¿verdad? Ha debido de ser Clyde. O quizá el ayudante Andy.
Eastwood: Lo único que sé es quién será el último (dice apuntando al escritor)
El escritor entonces se marcha. Eastwood continúa tomando su whisky. El sheriff se mueve en el suelo y amartilla su arma. Eastwood lo escucha, le pisa el brazo que sujeta el arma y le apunta con el rifle que ya ha cargado.
Sheriff: No merezco esto. Morir así. No he acabado mi casa.
Eastwood: Lo que uno merece no tiene nada que ver con eso.
Sheriff: Te veré en el infierno, William Munny.
Eastwood: Sí.
Entonces Eastwood remata al sheriff disparándole en la cara.
Nota: en el ejercicio, el diálogo se leerá directamente, sin mencionar quien habla ni lo que se dice en los paréntesis. Cada uno seguirá el diálogo elaborado por los demás desde este modelo. Por los que los trabajos deben respetar cada una de las intervenciones de los protagonistas, sin añadir o quitar

23 de abril: día del Libro y Los Derechos de Autor


Hoy es el día del Libro. No es necesario repetir lo que estamos saciados de escuchar, pero al menos una breve mención. Y ahí queda eso.
En el Altozano se van a desarrollar una serie de actividades de animación y promoción de la lectura y los libros; han colocado expositores de librerías, editoriales locales y bibliotecas y por la tarde estarán firmando libros algunos escritores, entre ellos Nieves.
También hoy nos reunimos a las 7 en la Biblioteca y la periodista de "La voz" nos entrevistará, con vistas a la publicación de nuestros relatos en esa revista. Leeremos los ejercicios que propuso Teresa y Miguel Ángel nos dirá cual es el próximo ejercicio a realizar.

miércoles, 16 de abril de 2008

Próxima entrevista

Bueno, la definitiva: miércoles 23, 19 hrs. entrevista con periodista de "La Voz". Y una buena noticia, aunque muy justito de tiempo pero saldremos en el número de mayo.
saludos
diana

Vota aquí el relato erótico que más te guste


Las votaciones deben ser anónimas y comentadas.

Vota tu haiku favorito. FRESAS


Si alguien ha escrito los haikus con el kigo (palabra de estación que vendría a significar: primavera) sobre fresas, ir colgándolos en el blog. Y en este apartado, votar qué haiku os gusta más.

lunes, 14 de abril de 2008

Reunión del miércoles 16

Hola compañeros:
Bueno, no sé si la decisión que voy a tomar es la mejor pero Cristina y Nieves no pueden ir a la reunión del miércoles, entiendo que como hemos introducido un cambio, éste debería venirle bien a todo el mundo, de no ser así, creo que lo más conveniente sería que dejáramos la reunión en la fecha que se había previsto inicialmente, o sea, el miércoles 23. El único problema es que no saldríamos en la edición de mayo pero creo que tampoco pasa nada por un mes más o uno menos a cambio de que podamos estar todos.¿Qué os parece? ¿Quedamos todos para el miércoles 23?.Diana

sábado, 12 de abril de 2008

Noche imprevista

((Aquí cuelgo el ejercicio que nos puso Toñi))
La dipsomanía me ha traído a este antro, lleno de humo y de pintas extrañas. La intermitencia de las luces me sume en un estado de idiotez hipnótica. Una negra impresionante baila en torno nuestro. Apenas distingo su rostro, pero veo nítidos sus dientes, el blanco de sus ojos y algo brillante que delimita sus nalgas. Hace calor, la música es machacona y estridente; el aire, irrespirable. Quiero irme, salir al frío de la noche, alejarme de este tugurio... Sin embargo, no me muevo. Sigo aquí, clavado en la columna, mirando fascinado cómo se agita aquel culo ante mis ojos. No puedo evitarlo: se me pone dura. La chica que me acompaña (no sé su nombre ni cómo ha llegado a mi lado) se arrima para besarme y nota, pujante, mi verga entre sus piernas. “¿Esto es por mí?”, pregunta burlona, pero se alegra de mi erección y no parece importarle la causa. Acopla su cuerpo al mío y empieza a morderme los labios. La erección se acentúa y se hace dolorosa. Ella se da cuenta, me coge de la mano y me lleva al servicio. Echa el cerrojo y libera la tensión abriéndome la bragueta. Como el monigote de una cámara de fotos de juguete, surge altivo mi rabo ante sus ojos. Ella, arrodillada, lo atrapa con la boca. Con la mano derecha me masturba; con la izquierda aprieta mi culo. Empieza a lamerme sin prisa; se ve que quiere prolongar el momento. Pero el momento dura poco…

Suena el despertador. Son las siete. Tengo una horrible resaca. Recuerdo entre brumas la última copa. Fue en un lugar oscuro, donde bailaba una negra. Creo que vomité encima de una chica. No sé quién me trajo a casa. Qué importa... me esperan ocho horas de pie, descargando camiones.

Qué vida.

jueves, 10 de abril de 2008

La bicicleta azul


"La bicicleta azul" ((LBA)) es una actividad propuesta y coordinada por Anselmo Gómez, un joven escritor de Albacete que participa en diversas actividades culturales de la ciudad y ha publicado un libro de cuentos, entre otras cosas.

Anselmo ha tenido la idea de crear en un espacio abierto como el Parque de Abelardo Sánchez, durante un día, (que será posiblemente el sábado 7 de junio), una serie de actividades desarrolladas simultáneamente que abarquen distintas artes, desde música hasta literatura tanto para niños (actividades a realizar por la mañana) como para adultos (por la tarde).
Anselmo nos ha pedido, como Asociación Cultural de escritores y amantes de la literatura, colaboración para este proyecto. En principio habíamos hablado de una lectura de textos propios en la zona del kiosko de prensa (donde está el colegio), aunque al final no hemos concretado nada. La cuestión es si alguien tiene una idea que quiera desarrollar, hay que ponerse en contacto con Anselmo y encargarse de hacerlo, pues él coordina el proyecto, pero no puede ocuparse de llevarlas a cabo. Necesita gente e ideas.
De todos modos, también podemos participar como público y disfrutar del espectáculo el sábado 7 de junio, en el Parque.

Esta mañana he visto a Anselmo en Cultura y le he dicho que en principio no podíamos comprometernos en esta actividad. También le he pedido que sigamos en contacto, pues la propuesta me parece más que interesante; también le he comentado que habiamos hablado en el club de LBA y que se habían aportado ideas interesantes; a mí me gustó mucho una propuesta de Teresa: poner historias en los árboles y que la gente la fuera siguiendo. Pero si se lleva a cabo esta o cualquier idea, tendríamos que ser nosotros quien pusiera los textos sobre los árboles, en este ejemplo concreto, etc ... (( Teresa, si te atreves a hacerlo yo me apunto contigo))
Os remito a su dirección de correo: blues-t@hotmail.com
Y el blog de la actividad: http://labicicletaazul.blogspot.com/

Publicación relatos en "La voz"

Queridos compañeros:
He hablado con la coordinadora de la revista "La voz" (Ma. José), estaba pendiente de nuestra llamada. Me ha dicho que le gustaría hacernos una entrevista, con fotos y comentarios para presentar en el próximo número, para que se sepa quiénes somos, qué hacemos, etc. además de que ya pudiéramos publicar un relato corto. El proble es que nuestra próxima reunión, que sería el 23, daría poco márgen de tiempo para la publicación de mayo, me ha preguntado si podría ser el miércoles próximo, el 16. Yo le dije que creía que si pero que se lo confirmaría. ¿Qué hos parece? ¿os viene bien que nos reunamos el 16?. Idme contestando porfa.
Diana

HAIKUS DE FRESAS (TERESA)


Ácida fresa
El sabor de la infancia
Entre mis labios

* *
Fresas con nata
Fiesta de primavera
Sobre la mesa

"EL DESEO DE EVA" Nieves Jurado

Ascendieron en silencio por la pendiente de la montaña. Hacia el atardecer, ya estaban bajo el límite de las nubes. El paisaje era espectacular. Eva miró a su alrededor, sobrecogida. El hombre observaba las expresiones maravilladas, los ojos chispeantes de la joven y su hermosa sonrisa, y sintió un deseo inmediato de acercarse a ella. Adán le habló al oído de ese momento tan esperado y provocó en la mujer un estremecimiento que la impulsó a desviar los ojos para contemplar a su compañero. La pasión que ella inspiraba en el hombre hacía que Eva tuviera la misma necesidad, urgente y premiosa. Sin advertir siquiera que se movía, la mujer se encontró de pronto en brazos de Adán, sintiendo la intensa presión de su cuerpo y su boca cálida y ansiosa. Quizás fuera la excitación del ambiente, pero una especie de cosquilleo recorría su propio cuerpo. Las manos del hombre en su espalda, los brazos en torno a ella, los muslos contra sus muslos femeninos. El bulto en la ingle, que ella notaba a través de su ropa, parecía tibio, y los labios de Adán sobre los suyos le hacían pedir que él jamás se detuviera. El joven comenzó a quitarle la ropa lentamente. El cuerpo de Eva se sintió casi dolorido a causa del deseo y de la inminencia del contacto. Ya no podía esperar, y, sin embargo, no quería que él se precipitase. Adán cerró sus manos sobre los senos de ella, que ahogó una exclamación cuando él apretó su pezón duro. El hombre vio las intensas reacciones de la joven y percibió su propio ardor. Su pene surgió erecto y latió en su plenitud cuando sintió la lengua suave y tibia de Eva, recorriéndole el cuerpo entero. Ella tenía hambre de su contacto, de sus manos, de su cuerpo, de su boca y de su virilidad. Luego él se colocó entre las piernas de ella, y la calidez de su lengua cuando la saboreó provocó punzadas de excitación a través del cuerpo femenino. El aire frío en contraste con el ardor de sus cuerpos les hacía estremecerse aún más. Eva sintió la tibieza y la humedad entre sus pliegues, y entonces Adán introdujo profundamente su miembro, cerrando los ojos al sentir el estrechamiento cálido y húmedo. Esperó un momento, después retrocedió y embistió de nuevo. Se hundió y se retiró varias veces oyendo los gemidos de ella, hasta que explotó, liberando una oleada de placer. En el silencio, sólo el viento hablaba.

Haikus con fresas (Toñi)


muerdo una fresa
diminutas semillas
entre mis dientes

nadie las mira
en el escaparate
preciosas fresas

Las cintas escarlata (por Toñi)


Don Rubén Salas, un viudo de setenta y tres años, estaba en una mercería del centro de su Valladolid natal cumpliendo el encargo de una de sus hijas. Dicho recado consistía en comprar lazos para adornar las trenzas de sus tres nietas en los colores que él sabía que eran sus favoritos: azul celeste, rosa pálido y blanco marfil. Cuando la dependienta le mostró las cintas para que escogiera, don Rubén detuvo su mirada más de lo conveniente sobre las de color escarlata. Algo en su interior le mandó una señal indescifrable mientras pedía que le cortaran también tres metros de aquella y se la envolvieran en un paquete aparte.

Cinco días antes don Rubén había acordado con su hijo Daniel, que vivía en Madrid, hacerle una rápida visita para conocer a la que sería su nuera, una jovencita llamada Eva. Aunque sólo se trataba de una noche había insistido en alojarse en un hotel y no en casa de la pareja. Él dijo que no quería ocasionar molestias, aunque en el fondo tenía otros planes: había decidido contratar los servicios de una profesional que le recordara que seguía siendo un hombre. Y este propósito le animaba y le añadía morbo a su escapada madrileña.

Llegó a la Villa y Corte en un Alaris que lo dejó en la estación de Atocha a las once y diez de la mañana. Cogió un taxi que lo llevó al hotel Gaudí, en plena Gran Vía y llamó desde el móvil a su hijo para quedar para la cena. Cuando colgó le preguntó al taxista dónde podía encontrar lo que buscaba y éste le dijo que en una calle cercana al hotel le sería fácil. Don Rubén quedó satisfecho, pagó generosamente al taxista y, después de dejar el equipaje y descansar lo suficiente, fue a dar una vuelta.

Efectivamente, la calle Montera estaba llena de mujeres que parecían esperar que sucediera algo. Descartó las demasiado jóvenes, las demasiado flacas, las que tenían aspecto enfermizo y las que mostraban desde lejos su oficio. Al fin le gustó una morena de cabello corto vestida con gusto a la que calculó cuarenta años. Sintiéndose un tanto torpe le pidió precio. Ella le sonrió y le dijo que 300 euros la hora cualquier cosa que él deseara hacer. ¿Cualquier cosa? El paquete con las cintas abultaba ostensiblemente el bolsillo de su chaqueta. Ella se acercó más a él. Lo que quieras, recalcó, y al acercarse él olió su perfume, Chanel sin duda, por lo que decidió sin dudarlo que esa era la puta que él buscaba. Le hizo un gesto afirmativo y ella le acompañó al hotel.

En la habitación don Rubén le puso al corriente de lo que deseaba. Ella le escuchó sin mostrar sorpresa o rechazo, como toda buena profesional debe hacer. Ella pasó al cuarto de baño, para prepararse, mientras que él se ponía un elegante traje, el mismo que iba a llevar en la cena con su hijo. La mujer salió del baño en ropa interior, un corsé de seda negra con liguero, un tanga transparente que dejaba ver un culo redondo y prieto, y unas medias negras que realizaban sus piernas bien formadas. Puso las manos cruzadas sobre la espalda y dejó que don Rubén las atara con las cintas escarlata, pasando la cinta primero por una de las muñecas varias veces, como si fueran pulseras de seda; luego cruzó a la otra muñeca donde hizo lo mismo. Don Rubén lo hacía lentamente, gozando del hermoso cuerpo que se le ofrecía sin resistencia y respirando el perfume que lo embriagaba. Una vez que la hubo atado, le pidió que se sentara sobre la cama. Ella lo hizo con la mirada baja, evitando mirar al hombre a los ojos. Él se bajó los pantalones y le puso el pene cerca de la cara. Ella lo lamió golosamente, introduciéndolo en su boca y apretando con los labios hasta que la rotunda erección no le permitió tenerlo dentro de la boca. Él sentía una extraña mezcla de dolor y placer y el deseo se hizo más apremiante, así que cogió unas pequeñas tijeras y cortó las cintas, dejando libre a la mujer para que le masturbara. Cuando él lo pidió, ella le puso un preservativo y abriendo las piernas se tumbó sobre la cama. Él se echó sobre ella, penetrándola con fuerza. Apenas entró en su cuerpo, caliente y excitado como estaba, eyaculó enseguida, abandonándose a una sensación de completa paz. Entonces ella le advirtió que había pasado una hora, se levantó y se vistió. Don Rubén le pagó lo convenido y, cuando se quedó solo en su cuarto, se duchó y se acostó desnudo en la cama, durmiendo el sueño más reparador que había tenido jamás.

A las nueve lo recogió su hijo. Fueron a un restaurante de moda donde les esperaban Eva y su madre. Las mujeres ya estaban sentadas a la mesa. Una chica preciosa junto a una señora de buen ver vestida con exquisita elegancia. A don Rubén le temblaron las piernas cuando reconoció a la dama, pero algo dentro de sus pantalones volvió por segunda vez a la vida, y esa fuerza ascendente de su pene evitó que se cayera al suelo. Ella alargó la mano y, al besarla con galantería, comprobó que todavía tenía en las muñecas las marcas de las cintas escarlata.
*** *** ***
Nota: este cuento está inspirado en la imagen que lo acompaña:
"Scarlett ribbons", de Jack Vettriano.

Reunión del 9 de abril: Compromiso y esperanza

Como consecuencia de la desilusión o desinterés que venimos manifestando de un tiempo a esta parte en el club de escritura, en nuestra reunión de ayer reflexionamos sobre la continuidad y posibles soluciones. Y ya que básicamente todos manifestamos el deseo de que esto siga, hemos acordado entre todos una serie de pautas que es importante que sigamos para que esto vaya por buen camino y que dejo aquí escritas, para recordarlas.

- Comprometerse a asistir a las reuniones Y SER PUNTUALES
- Hacer los ejercicios que se propongan y en la medida de lo posible colgarlos en el blog para que todos puedan leerlos.
- Leer los textos que los demás dejan en el blog
- Relato a la palestra: quien lo cuelgue en el blog, que sea de forma anónima para que los "prejuicios" sobre el autor no influyan en el juicio de la obra. Y quien lo reciba, leerlo con atención, ya que es un relato sobre el que se pide opinión sincera y justificada.
- Hemos recuperado las votaciones sobre los textos, para "darle más vida" a este espacio; las votaciones deben ser anónimas y explicar qué es lo que más gusta (o disgusta) de los trabajos que comentamos.

Además, Diana se encargará de hablar con la coordinadora de la publicación donde tendremos la oportunidad de dar a conocer nuestros trabajos, uno o dos cuentos mensuales.

Tenemos por delante nuestra lectura en el Depósito del Sol, para el 24 de abril a las 7 de la tarde.

Y la próxima reunión, el 23 de abril, con Teresa como coordinadora.
Si alguien quiere añadir algo más a lo dicho, o esta en desacuerdo con algo, que lo diga. Bien en el apartado de comentarios, haciendo una nueva entrada o en la reunión del 23.
También recordar que el blog es un espacio de todos y para todos y que quien quiera puede dejar cualquier información que crea interesante sobre libros, cultura, exposiciones, conferencias, algo leído que le haya llamado la atención, ..., etc... y que quiera compartir.

martes, 8 de abril de 2008

SMAHA... (ejercicio del 9/04/08) Cristina Prieto


SMAHA…


Se despidió de ella, y regresó sobre sus pasos por las callejuelas de la noche. Cuando se metió en la cama estaba amaneciendo. Recorrió con la memoria su piel fuerte y brillante de ébano. Acariciar su espalda, fue como asirse a un tronco serpenteante y fibroso, que resplandecía entre sus manos. Sus pechos le señalan impúdicos, erectos, casi expectantes en la penumbra, y sus piernas le abrazaron poderosas, mostrando la potencia de sus músculos… Toda ella era una fortaleza impensable, debajo de aquel sencillo vestido de algodón.

Se olió los dedos, y los introdujo en su boca ansiando su aroma, y su sabor. Aún desprendían su fragancia de hembra joven. Rememoró sus ojos, intensos y oblicuos, como los de una niña hambrienta de descubrir, y ser descubierta, pero era mucho más que eso.
La sintió arañándole la espalda, aferrándose a sus hombros para que él no se apartara, para que siguiera dentro de ella un minuto más, un segundo, o tal vez una eternidad. Después se quedó quieta sobre el lecho, con la respiración agitada, y un leve temblor. Entonces la vio por primera vez, desnuda, entregada, saciada, y aquella visión le conmovió. Ella, sin mediar palabra se incorporó de pronto, como si de repente hubiese recordado algo. Se puso la ropa despacio, con premeditada calma, mientras él la atisbaba en silencio, y se demoraba en los rasgos de su rostro sereno, en sus manos ágiles, en sus nalgas prietas y redondas…
Cuando estuvo vestida, se le acercó, y le susurró su nombre, SMAHA…

Era una mujer de mirada salvaje, que cuando se marchó, sólo cobijó el silencio, y aquel beso inocente que posó sobre sus labios, leve, casi un roce, cómo si vertiera toda la inocencia que anidaba en su interior… cómo si no estuviera completamente llena de él…

viernes, 4 de abril de 2008

EJERCICIOS PROPUESTOS PARA LA REUNIÓN DEL 9 DE ABRIL

PROPUESTA DE EJERCICIOS REUNIÓN 9 DE ABRIL

La coordinadora, Teresa, propone dos ejercicios.

. PRIMER EJERCICIO:

OBSERVA LAS SIGUIENTES IMÁGENES:













… ELIGE UNA DE LAS DOS, ... Y DESPUÉS:

1) Suponer que esta imagen ilustra una historia.
2) Escribir la historia, en forma de cuento breve (aproximadamente una página).


. SEGUNDO EJERCICIO

Elige un color. De forma breve, (en unas líneas), Intenta describírselo a alguien que no lo puede ver.