lunes, 4 de mayo de 2009

"El terrible maleficio" (Diana)



Erase una vez una hermosa princesa sobre la que pesaba un terrible maleficio. Nadie podía acercarse a ella a menos de dos metros de distancia. Su padre, rico y poderoso, había ofrecido una cuantiosa dote al joven que quisiera desposar a su hija. Desfilaron por palacio gallardos caballeros, valientes soldados, intrépidos aventureros, pero ninguno pudo acercarse a la bella.
Desesperado, el rey mandó llamar a todos los sabios del reino, sin resultado alguno.
Un bello día de primavera apareció en la corte un anciano de larga barba blanca portando un pequeño paquete. El atavío del viejo era harto curioso: cubría parte de su cara con grueso paño, acercándose al rey pidió permiso para hablar a solas con su hija, desesperado el padre accedió a tan insólita solicitud.
―Princesa― dijo con voz apenas audible amortiguada por el extraño vendaje.- No pesa sobre vos maleficio alguno. Vuestro problema es bien sencillo. Toma este modesto obsequio y obra según sus instrucciones.
La muchacha esperanzada rasgó prontamente el basto envoltorio descubriendo un pequeño frasco con un líquido transparente, en cuya etiqueta rezaba: “Halitín, contra el mal aliento”, enjuague bucal con agradable aroma a mentol.
Desde aquel día desfilan por los aposentos de la bella princesa gallardos caballeros, valientes soldados, intrépidos aventureros, para desespero del viejo y poderoso rey.

5 comentarios :

Diente de león タンポポ dijo...

¡Pobre princesa y qué hambre estaba pasando!

Menos mal que, como todos los cuentos de princesas, éste también tiene final feliz (aunque el rey-padre se nos desespere)

Un beso. Toñi

Anónimo dijo...

La princesa al fin alegre y feliz.
Un beso Alicia.

Anónimo dijo...

Muy divertido Diana, y muy conseguido ellenguaje típico de los cuentos clásicos. Imagino que a partir de ahora, la princesa aprovechará las circunstancias, y se tomará su tiempo para decidir quien será el gallardo caballero que se quede con la dote.
Paula

Unknown dijo...

Muy bueno, Diana. Me gustó mucho tu cuento clásico con el toque de modernidad de las pócimas de última generación. Divertido y muy agudo.
Un besito.

Nieves dijo...

Un cuento muy instructivo. La verdad es que los maleficios han hecho mucho daño a las coronas europeas, jejeje. Me ha gustado mucho, Diana, un toque ingenioso para un cuento de princesas. Lo mejor es el final. Me encanta que la princesa rompa el maleficio y disfrute todo lo que pueda y de todos los que pueda. Sólo se vive sin maleficios una vez ¿verdad?

Besos mentolados.

Nieves