viernes, 6 de febrero de 2009

VENGANZA (Diana)

Civril adoptó una sonrisa terrible, cruel.
―Al fin nos enfrentamos tú y yo. No imaginé que este momento surgiera así, de una forma casual. Tanto tiempo, casi toda una vida detrás de tu rastro, detrás del olor que iban dejando tus crímenes. Tantas veces imaginé cómo acabaría contigo y, sin embargo, te veo ahora, aquí frente a mí, con todo el odio dibujado en tu rostro, tu cuerpo doblegado ante el peso de tus pecados y me das pena, creo que debo dejarte vivir para que puedas pagas tus deudas. Civril dejó el revólver sobre el tocador, dio un último vistazo a su triste imagen en el espejo y por fin se hizo el silencio.

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