sábado, 10 de mayo de 2008

MI FRAGMENTO ELEGIDO, por Nieves Jurado


Elegí un pequeño fragmento del libro de Paul Auster, "Ciudad de cristal" porque es una descripción magistral de cómo se llega a fusionar y a confundir un hombre con una gran ciudad, en este caso se trata de Nueva York. Una situación en la que el individuo se vuelve intercambiable, ni él mismo sabe dónde termina la ciudad y empieza el ser humano.


FRAGMENTO


"Nueva York era un espacio inagotable, un laberinto de interminables pasos, y por muy lejos que fuera, por muy bien que llegase a conocer sus barrios y calles, siempre le dejaba la sensación de estar perdido. Perdido no sólo en la ciudad, sino también dentro de sí mismo. Cada vez que daba un paseo se sentía como si se dejara a sí mismo atrás, y entregándose al movimiento de las calles, reduciéndose a un ojo que ve, lograba escapar a la obligación de pensar. Y eso, más que nada, le daba cierta paz, un saludable vacío interior. El mundo estaba fuera de él, a su alrededor, delante de él, y la velocidad a la que cambiaba le hacía imposible fijar su atención en ninguna cosa por mucho tiempo. El movimiento era lo esencial, el acto de poner un pie delante de otro y permitirse seguir el rumbo de sus propio cuerpo. Mientras vagaba sin propósito, todos los lugares se volvían iguales y daba igual dónde estuviese. En sus mejores paseos conseguía sentir que no estaba en ningún sitio. Y esto, en última instancia, era lo único que pedía a las cosas: no estar en ningún sitio. Nueva York era el ningún sitio que había construido a su alrededor y se daba cuenta de que no tenía la menor intención de dejarlo nunca más. "

3 comentarios :

Teresa dijo...

Me gustó mucho el fragmento que nos leíste, Nieves. Paul Auster es uno de mis autores favoritos. Cada vez que leo algo suyo me da una infinita envidia esa prosa tan ágil y tan precisa.

Anónimo dijo...

Ive read this topic for some blogs. But I think this is more informative.

Anónimo dijo...

Buen comienzo