Escucho tu voz de azúcar
Desde el otro lado del mundo.
Debe hacer frío allá afuera.
Yo me columpio en tu voz
Y sonrío,
Sabiendo que sufres.
Te acuerdas de mí y tu única
Ambición es el regreso.
Pero yo he cerrado la puerta
Con llave,
Una llave que
No es posible
Encontrar.
Está en el glacial de mis ojos,
Donde nunca hubo lágrimas.
Ven a buscarla, si te atreves.
Desliza tus dedos sobre mi boca
Y te los arrancaré de un mordisco.
Acaricia mi cuerdo desnudo.
Mi piel está envenenada para ti.
En otro tiempo fuiste
La reina de las estrellas
Y yo comía en tu mano.
Amaba tu sonrisa con sabor
A manzana,
Tus ojos únicos,
Tu belleza absoluta.
Sigues cantando porque sabes
Que lo único que me llega es tu voz.
Tu voz. ¡Ah, tu voz!
Si pudiera llegarte a la garganta
Me enroscaría alrededor de ella
Como un collar
Hasta que tu voz se extinguiera
Lenta, lentamente
Igual que la llama de una vela en el fin de la noche.
Quedaría flotando sobre todas las cosas
Y ellas recuperarían su luz, la que tenían
Porque tú estabas aquí.
Sabes que te amaba.
Por eso te propuse el desafío
Pero tú elegiste a Adán
Y ahora él ¿dónde está?
Estás sola.
Sola allá fuera, donde tanto frío hace.
Quieres volver y no sabes cómo.
Llegar al Paraíso.
Pero esto ya no es el Paraíso.
Dios se ha marchado y todos los demás se han muerto.
Sólo quedo yo.
Y un árbol lleno de manzanas.
Donde arrancaste tú la primera.
Mordisqueada y sucia, la guardé
Junto a la llave.
Me enrosco sobre las dos, llave y manzana,
Cierro los ojos,
Mis ojos que nunca han llorado.
Pienso en ti.
Pienso en tus manos.
Tus manos, que acariciaban mi piel.
Para olvidarte, me desprendo de mi piel.
No quiero nada tuyo, ya.
Nunca volverás al Paraíso.
Ni yo tampoco.
Desde el otro lado del mundo.
Debe hacer frío allá afuera.
Yo me columpio en tu voz
Y sonrío,
Sabiendo que sufres.
Te acuerdas de mí y tu única
Ambición es el regreso.
Pero yo he cerrado la puerta
Con llave,
Una llave que
No es posible
Encontrar.
Está en el glacial de mis ojos,
Donde nunca hubo lágrimas.
Ven a buscarla, si te atreves.
Desliza tus dedos sobre mi boca
Y te los arrancaré de un mordisco.
Acaricia mi cuerdo desnudo.
Mi piel está envenenada para ti.
En otro tiempo fuiste
La reina de las estrellas
Y yo comía en tu mano.
Amaba tu sonrisa con sabor
A manzana,
Tus ojos únicos,
Tu belleza absoluta.
Sigues cantando porque sabes
Que lo único que me llega es tu voz.
Tu voz. ¡Ah, tu voz!
Si pudiera llegarte a la garganta
Me enroscaría alrededor de ella
Como un collar
Hasta que tu voz se extinguiera
Lenta, lentamente
Igual que la llama de una vela en el fin de la noche.
Quedaría flotando sobre todas las cosas
Y ellas recuperarían su luz, la que tenían
Porque tú estabas aquí.
Sabes que te amaba.
Por eso te propuse el desafío
Pero tú elegiste a Adán
Y ahora él ¿dónde está?
Estás sola.
Sola allá fuera, donde tanto frío hace.
Quieres volver y no sabes cómo.
Llegar al Paraíso.
Pero esto ya no es el Paraíso.
Dios se ha marchado y todos los demás se han muerto.
Sólo quedo yo.
Y un árbol lleno de manzanas.
Donde arrancaste tú la primera.
Mordisqueada y sucia, la guardé
Junto a la llave.
Me enrosco sobre las dos, llave y manzana,
Cierro los ojos,
Mis ojos que nunca han llorado.
Pienso en ti.
Pienso en tus manos.
Tus manos, que acariciaban mi piel.
Para olvidarte, me desprendo de mi piel.
No quiero nada tuyo, ya.
Nunca volverás al Paraíso.
Ni yo tampoco.
5 comentarios :
Adán y Eva, forman aquí una pareja real. Me gusta.
Alicia.
Me ha gustado mucho tu texto, sobretodo el nuevo matiz más "humano" que adquiere la serpiente al sufrir de ese mal tan mundano que son los celos.
¡Qué bien escribes Toñi!
Arístides New-man
¡Qué original Toñi!. Me gusta mucho la idea de la serpiente despechada y, sobre todo, cómo está escrito.
Diana
Gracias, guapetones.
Un beso. Toñi
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