Ya hace tiempo de esta propuesta, pero me apetecía compartirla y no encontraba el momento de colgarla en el blog.
COMPAÑEROS DE VIAJE
No me preguntéis cuando ni como ocurrió. Todo ha ido surgiendo muy poco a poco, con el roce del día a día, durante estos últimos cuatro años en los que hemos vagado por todos los rincones de Ansalon. Ya ni puedo recordar cual fue el origen de nuestra aventura. En estos momentos para mí, ni siquiera es importante. Me conformo con estar a su lado cada mañana, despertar y sentirle cerca de mí, acompañarle en sus pasos, escuchar su voz melódica, perderme en sus ojos de color avellana, en sus rasgos pálidos y en su elegancia natural.
Mel, el viejo enano gruñón que nos acompaña en los últimos meses dice de él que es un elfo engreído.
-Es orgulloso incluso para ser elfo –murmura contrariado cada vez que discuten, cosa que ocurre cada vez con mayor frecuencia.
Pero a mí me parece adorable. ¿Es posible que alguien como él se fije alguna vez en una dragona plateada del montón como soy yo?
No lo sé. A veces, mientras duerme, me quedo mirándole fijamente. Un mechón de pelo sobre la frente, esos dedos esculturales de sus pequeñas manos, sus robustas piernas ligeramente arqueadas, sus labios delgados… Y pienso que, para un ser tan perfecto, tan equilibrado, tan poderoso, puede llegar a ser imposible enamorarse de alguien que no sea él mismo.
Tal vez por eso le guste caminar solo y busque la intimidad de los bosques cuando está decaído o cansado. En alguna ocasión lo he sorprendido mirando fijamente su reflejo en la claridad de un riachuelo, o palpando las facciones de su cara, buscando tal vez alguna arruga, o alguna imperfección de su rostro.
Hoy Mel está molesto y muy cansado. Han vuelto a discutir sobre cuestiones tan triviales como cuál era la posada más adecuada para pasar la noche. Lo cierto es que, si yo no estuviese perdidamente enamorada de él, también pensaría que es un poco prepotente. Insoportable incluso la mayoría de las veces.
Es ese tono irritante que emplea cuando se dirige a los demás, esa gesticulación tan marcada, ese punto pedante en sus argumentaciones…
Si no fuese tan atractivo, hasta yo lo habría dejado atrás en alguna que otra ocasión.
Hace tres semanas estuvimos a punto de hacerlo. Nos desafió a los dos con su arrogancia y llegó a decirnos que no nos necesitaba, que podía realizar la misión perfectamente sin nuestra ayuda. Mel y yo nos miramos, y yo tuve que morderme la lengua para no lanzarle mi aliento helado y dejarlo congelado allí mismo.
Aquella misma noche, bajo las estrellas, Mel me propuso dejarlo atrás y marcharnos los dos solos.
-Es una rémora, si lo piensas, se pasa el día buscando el enfrentamiento, y eso desgasta al más pintado. A mí me está minando la moral, y eso que soy un enano fuerte y tengo mucha más paciencia de la que cabría en mi cuerpo. Pero no lo soporto. Te aseguro que no sé cuanto tiempo más podré aguantarle.
Y mientras me miraba con sus pequeños ojos oscuros, yo observaba sus toscas facciones, su barba rojiza y su nariz ancha y pensaba que era una lástima que fuese tan feucho y tan desaliñado. Sin duda, para una dragona plateada del montón, como lo soy yo, habría sido mucho más práctico no haberme enamorado del compañero equivocado.
3 comentarios :
Para trabajos tan buenos, hay que sacar tiempo de donde sea.
¡Que hermosa dragona!.Besos. Pepi.
¡Hay muchos elfos por ahí! Pero por suerte, siguen existiendo dragonas tan buenas. Me ha gustdo mucho Pula. Un beso. Alicia.
Me acuerdo de este cuento. Me gustó mucho cuando lo leíste. El tema de la vanidad de la belleza, y de la consciencia de que muchas veces erramos al enamorarnos de la persona equivocada, pero lo difícil que es corregir sentimientos... El amor, por lo que veo, es muy parecido en el mundo real y el de la fantasía.
Besos.
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