SMAHA…
Se despidió de ella, y regresó sobre sus pasos por las callejuelas de la noche. Cuando se metió en la cama estaba amaneciendo. Recorrió con la memoria su piel fuerte y brillante de ébano. Acariciar su espalda, fue como asirse a un tronco serpenteante y fibroso, que resplandecía entre sus manos. Sus pechos le señalan impúdicos, erectos, casi expectantes en la penumbra, y sus piernas le abrazaron poderosas, mostrando la potencia de sus músculos… Toda ella era una fortaleza impensable, debajo de aquel sencillo vestido de algodón.
Se olió los dedos, y los introdujo en su boca ansiando su aroma, y su sabor. Aún desprendían su fragancia de hembra joven. Rememoró sus ojos, intensos y oblicuos, como los de una niña hambrienta de descubrir, y ser descubierta, pero era mucho más que eso.
La sintió arañándole la espalda, aferrándose a sus hombros para que él no se apartara, para que siguiera dentro de ella un minuto más, un segundo, o tal vez una eternidad. Después se quedó quieta sobre el lecho, con la respiración agitada, y un leve temblor. Entonces la vio por primera vez, desnuda, entregada, saciada, y aquella visión le conmovió. Ella, sin mediar palabra se incorporó de pronto, como si de repente hubiese recordado algo. Se puso la ropa despacio, con premeditada calma, mientras él la atisbaba en silencio, y se demoraba en los rasgos de su rostro sereno, en sus manos ágiles, en sus nalgas prietas y redondas…
Cuando estuvo vestida, se le acercó, y le susurró su nombre, SMAHA…
Era una mujer de mirada salvaje, que cuando se marchó, sólo cobijó el silencio, y aquel beso inocente que posó sobre sus labios, leve, casi un roce, cómo si vertiera toda la inocencia que anidaba en su interior… cómo si no estuviera completamente llena de él…
1 comentario :
Muy poético y muy erótico. Me gusta la descripción de la muchacha y el misterio que no desvelas y que deja con ganas de leer más.
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