Ahí, mira, míralos,
son dos muchachos jóvenes
que a un tiempo se aman
y un segundo más tarde,
sólo un segundo
ya no entienden nada.
Y entonces comienzan los reproches,
las lágrimas sacadas al fin,
las palabras que nunca
antes pudieron decirse,
pero mira, ahí, míralos,
ya no hablan,
han agotado la risa, el llanto,
el recuerdo, el mañana.
Ahí, mira, míralos,
tan jóvenes, tan solos,
tan locos de amor.
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