SONETO IV
Esta sombra alargada y blanquecina
anda por páramos, mares y montañas
como la fina daga, hiere y daña
sin bordear jamás ninguna esquina.
Este andar sin llegar a parte alguna,
y el sonar de una voz aflautada,
llena el alma de humo, agrede la nada.
El mundo se viste de incoloro, sin luna.
Si volver a mis tristezas pudiera
a mi dolor punzante de aguardiente,
a esa vida que lucha: siglo veintiuno.
Conglomerado azul de pasiones tuviera
volviendo a mi nada: siglo veinte,
a mi dolor callado, infiel y taciturno
6 comentarios :
Un bonito soneto, bien escrito.
Saludos: Robert.
Muy duro, pero bello.
Mayte.
Espero que los reyes te traigan algo. Me gusta tu soneto.
Besos. Ana Luisa.
Veo que os vais "metiendo" en nuestro blog, gracias amigos. Alicia.
Me parece un soneto triste, pero bien escrito.
Un beso.
Robert.
¿Ves como te hago caso? soy Ana Luisa, me gusta tú soneto.
Un besito.
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