UNA TUMBA PARA UN HOMBRE
Diana Disavoia
Los argumentos de Bratislav eran difíciles de ignorar: en ese cementerio estaba enterrada toda su familia. Él lo había perdido todo, hogar, esposa, hijos y como no tenía valor para suicidarse, decidió vivir allí, cerca de sus seres queridos, muerto en vida. Los medios de comunicación se hicieron eco del caso, los servicios sociales le ofrecieron una vivienda de alquiler, modesta pero acogedora y un empleo en la construcción donde había trabajado toda su vida. Bratislav rechazó todas las ofertas. Cuando finalmente fue desalojado por la fuerza, la policía descubrió que la tumba abandonada en la que vivía el hombre era en realidad un largo túnel que comunicaba con el palacio de la condesa Ivana Amanović cerrado desde hacía décadas. Bratislav se había instalado cómodamente en él, rodeado de lujosos tapices, cuadros de la familia de valor incalculable y amplias dependencias con riquísimo mobiliario. El caso arrojó luz a la leyenda que rodeaba a la mansión, en la que los vecinos aseguraban que por las noches veían a través de las ventanas al fantasma del conde desplazarse iluminado con una vela, e incluso aseguraban haber visto salir humo de la chimenea en las frías noches de invierno. El dato más significativo fue que, investigando en los antecedentes de Bratislav se descubrió que nunca se había casado y tampoco había tenido hijos, hombre solitario al que no se le conocía familia alguna, y por cierto, jamás había trabajado en la construcción.
3 comentarios :
Me parece interesante,el toque fantasmal sirve para darle esa vida que le faltaba al protagonista.
Un beso.
Alicia
Me gustó mucho Diana y ahora al leerlo todavía se aprecia mejor. Besos.
Jajajajaja, muy bueno, Diana. Le das una vuelta a todo el tema trágico de vivir en una tumba para convertir al protagonista en un caradura simpático.
Me ha gustado :)
Un beso.
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