martes, 15 de septiembre de 2020

RELATOS GANADORES DEL VIII CERTAMEN DE MICRORRELATOS "Y... A PESAR DE TODO, SUCEDIÓ EN LA FERIA"

 Tal y como se refleja en el fallo del jurado, este año se ha decidido conceder ex aequo dos primeros premios

El ritual

María R. Moreno Molina 

Tan solo hacerse las trenzas de los moños le llevó cuarenta y cinco minutos, pero desde niña los preparativos habían comenzado siempre de la misma manera. Después fue poniéndose minuciosamente una prenda tras otra: las calzas caladas, la enagua, la camisa, el refajo bordado por su abuela, el chaleco de terciopelo, el mandil de seda, el mantón estampado… Cuando estuvo preparada se hizo una foto frente al espejo de la entrada y salió.

Estuvo fuera unos siete minutos, el tiempo que tardó en el transcurso de bajar las escaleras, depositar la basura en el contenedor de la esquina y volver a subir. Nada más entrar en casa se quitó las horquillas de plata que le rascaban el cuero cabelludo. Solo al entrar en el baño para el concienzudo lavado de manos habitual se dio cuenta de que todavía llevaba puesta la mascarilla.


Una última vez

Ramón Ferreres Castell

―Que no, abuelo, que se equivoca usted de día.

Él me mira fijamente, intentando descubrir si hay verdad en mis ojos. Yo bajo la mirada, detesto mentirle, aunque en esta ocasión el fin justifica los medios. Él consulta el almanaque y señala una fecha resaltada en rojo, el 8 de septiembre. Niego con la cabeza. De soslayo, mira el reloj de la cocina, marca las 12 y media. Se dirige de nuevo al balcón, más abatido que la vez anterior. Intuyo lo que estará pensando: «A esta hora ya deberían pasar las carrozas por nuestra calle, llenándola de color». Pero el asfalto sigue gris, huérfano de confeti y serpentinas.

Minutos después, convencido de su error, toma mi mano, señal de que quiere echarse un rato. Caminamos lentamente por el pasillo hasta llegar a su habitación. Se duerme de inmediato. No es lo habitual, solo ocurre cuando está disgustado. Ojalá pudiera contarle la verdad, que no está equivocado, que hoy debería celebrarse la Batalla de Flores, pero significaría hablarle de nuevo de la pandemia, del confinamiento y de que su memoria es incapaz de recordar los acontecimientos recientes.    

Parpadeo muy rápido para contener las lágrimas. Deseo con todas mis fuerzas que viva un año más para poder disfrutar una última vez de su fiesta favorita. Se lo pido a la Virgen de Los Llanos que descansa sobre su cómoda. Por un momento, me parece que asiente con la cabeza. 

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