jueves, 13 de mayo de 2010

"FLORECER" (Propuesta de Julio), por Pepi González

Mi santa Amparo descendió si acaso a devota, después del barullo que formó en mi placida existencia. Casi cincuenta años de mutuo y feliz desacuerdo no bastaron para convencerla, cuando se empeño en lo del divorcio. Que quería vivir su vida, disfrutar su libertad… pero a mí no me la dio, porque a la semana siguiente de echar las firmas ya bailaba algo más que “agarrao” con un mocito de 68, que por lo visto tenía mejor que yo la próstata y la cartera. Pero bueno, que a mí lo del luto, me duró poco, que para duelos y velorios siempre habría tiempo. Eso sí, me cambié a otro club de jubilados, porque entre que uno no es de piedra, para ver a mi Amparo (disculpen lo de mía, pero es que me sale solo) sobeteándose con el chaval y los chismorreos por lo bajo de las marujas de turno. Con lo de que - Ya está aquí el “vitorino” o cuidado que roza las puertas.

Se me venían unos espasmos al centro del cuerpo, que para la úlcera digo yo que no serían buenos. Así que empecé a frecuentar el hogar del barrio del sol, que me habían dicho que había buen ganado (perdonen las señoras, pero es que yo me entiendo mejor en castellano antiguo).

Allí la conocí, en una sesión de bingo, entre línea y línea, bajita, con el rostro sonrosado, como si dos pimpollos geraniles se le hubieran colgado en las mejillas. Quería ser coqueta, aunque la verdad no le salía de natural, igual que los pasodobles los jueves en el baile, que no llegaba a encontrarse los pies.

Lo entendí de maravilla, cuando un compadre me aclaró que Loli (la susodicha), había pasado cuarenta y tres años en un convento de clausura y claro, allí entre celdas, hábitos y celosías la mayor diversión que debían tener era la hora del Ángelus.

Bueno pues después de varias sesiones de charla, rumbas y cañitas de cerveza, que cuajamos algo parecido a un amorío y de que nos dimos cuenta, vinieron los besos, los arrumacos y el -cuelga tú cari, no, cuelga tú tesoro… el pelar la pava de toda la vida, vaya . Y claro ninguno nos habíamos percatado de que con el pasar de los años, Loli antes sor Dolores en el claustro y un servidor en su maridaje alechugado, habíamos cambiado, casi una metamorfosis podría decirse.

Ella se había endurecido y yo me había ablandado por lo que al llegar el primer ayuntamiento, léase uso del matrimonio, iniciado el instante de la consumación, me fue imposible deslodar el atranque y hubimos de conformarnos con los trabajos manuales. Pero amigo, cuando empecinados en ponernos al corriente en el arte amatorio, ambos a la par, decidí buscarme los apaños precisos en el herbolario de la plaza, porque la farmacia no estaba al alcance de mi bolsillo, ni de mi presión arterial, no fuera uno a terminar como Paquito Martínez, que en el momento cumbre del asunto se azuleó de tal manera, que a la pobre viuda que tenía debajo le dio un sofocón que casi la palman los dos, ahí enganchados, como dos perrillos, aunque feo esté el comparar.

Bueno que me desvío del tema, que preferí echar mano de la madre naturaleza y me pegué un chute de ginseng, menta y camu-camu, que no se si serviría para el himeneo, pero que me sonó muy exótico. El caso es que semejante mezcla me tuvo tres noches con los ojos como platos y los bajos más alborotados que un quinto sin bromuro, pero es que a la Loli, le faltó poco para aplaudir y dar la vuelta al ruedo.

Hoy recuerdo aquel despepite primero con la ex-sor, pero es que una vez despabilados los sentidos, los dos llegamos a la conclusión de que teníamos que aprovechar ese florecer inesperado, que para amarrarse de nuevo siempre estábamos a tiempo.

No digo yo que al llegar a la linde de la vejez, no nos entre el azogue mutuo y volvamos a la noviez, que en decente y limpia no la gana ninguna a la Dolores, pero mientras tanto, vamos a darle al retozar, que no retoña uno todos los días.

lunes, 10 de mayo de 2010

LA CONVERSACIÓN DE LOS JUEVES... (Ejercicio propuesto por julio)

¡Hay que joderse! Y pensar que me he pasado el ochenta por ciento de mi vida estudiando para terminar limpiando la mierda de los demás.

Mira, mira el señorito, con diecisiete años y es incapaz de sacar la ropa sucia de su cuarto, que apesta como una leonera. Vamos que no abre la puñetera ventana para renovar el aire así se asfixie.

No, si cuando digo que esta gente disfruta de privilegios que no valora, porque vamos a ver, un autónomo, coño, un simple autónomo, pero mira que bien se lo ha montado el tipo, un chalet en el centro y sin hipoteca por supuesto, y un mercedes que quita el sentido, además de la casita de la playa en una de las mejores urbanizaciones privadas de Marbella. Venga hombre para que luego digan, y una con un utilitario de segunda mano que está para el desguace, y malviviendo en una habitación mugrienta de una pensión de mala muerte.

¡Ah! y aquí tenemos el santuario particular. ¿Cómo lo ves? Cama tallada con dosel traída especialmente desde Tailandia, de diseño exclusivo, y una terraza que da a un inmenso jardín y a ese pedazo de piscina dónde te puedes perder braceando.

Además el joyerío, que la tía no va descalza, ¡joder! Que aquí hay mucho oro y muchas piedras preciosas, nada de alta bisutería, y encima lo deja todo por ahí, en cualquier sitio. Lo que yo te diga, los ricos están hechos de otra pasta.

Y Marta recogiendo los vasos y botellas desperdigados por toda la casa tras la consabida juerga de los jueves, y aún se permite la muy cacatúa llamarme para que en cuanto acabe con esto, le lleve los trajes a la tintorería. Menudos modelitos se gasta la muy cabrona, que hay ocasiones en que me fugaría con ellos tal y como hizo el Dioni.

Y yo cumpliendo años y sin un trabajo acorde con mi titulación. Para eso me he dejado la piel estudiando día y noche. ¿Para qué quiero un titulo universitario si me dedico a limpiar en una mansión en la que se tira a diario a la basura, más comida de la que yo necesito en una semana? Y no es envidia que conste, que una es muy honesta y justa, pero lo cierto es que hay gente con suerte, aunque no me extraña porque este país es de locos. Pero digo yo, todos cagamos por el mismo agujero ¿no? y su mierda no huele mejor que la mía por muchos aires que se den.

Aunque si tuviera el carné del partido, otro gallo me cantaría, que ya me lo decía mi madre, nena, ábrete el escote, que vean lo mucho que vales. Tú siempre del lado de los que están arriba, no te compliques la vida hija, que con tu físico puedes llegar tan lejos como te propongas. Lo que más me fastidia es que voy a tener que darle la razón.

El caso es que bien pensado, este tío no tiene mala planta y está “forrao”. ¿Qué más se puede pedir? Y me mira el muy cabrón, vaya que si me mira, en cuanto paso a su despacho con el aspirador me desnuda con los ojos. Oye, pues a saber si no tengo la solución a mis problemas delante de mis narices. Porque no te vayas a creer que estoy por la labor de hincharme a trabajar más horas que un reloj de pasante en un bufete de mala muerte por cuatro perras, que para cuando quiera hacerme un nombre tengo más años que la Duquesa de Alba, que ni mover la boca puede ya la pobre.

En fin que el martes me vengo con escotazo y tacón alto, así, marcando tetas y trasero. ¿Quién sabe? Igual desbanco a esa Barbie de silicona, y me quedo con el trofeo para mí solita.

Uff ¡La una y media! No sueñes más Marta, que aún te queda la cocina y mira qué horas…

lunes, 3 de mayo de 2010

PRÓXIMA REUNIÓN

Sólo recordaros que la próxima reunión es este miércoles, día 5 de mayo, a las 7:15. 
Como deberes se mantiene el ejercicio que propuso Julio. 
Saludos.