lunes, 10 de mayo de 2010

LA CONVERSACIÓN DE LOS JUEVES... (Ejercicio propuesto por julio)

¡Hay que joderse! Y pensar que me he pasado el ochenta por ciento de mi vida estudiando para terminar limpiando la mierda de los demás.

Mira, mira el señorito, con diecisiete años y es incapaz de sacar la ropa sucia de su cuarto, que apesta como una leonera. Vamos que no abre la puñetera ventana para renovar el aire así se asfixie.

No, si cuando digo que esta gente disfruta de privilegios que no valora, porque vamos a ver, un autónomo, coño, un simple autónomo, pero mira que bien se lo ha montado el tipo, un chalet en el centro y sin hipoteca por supuesto, y un mercedes que quita el sentido, además de la casita de la playa en una de las mejores urbanizaciones privadas de Marbella. Venga hombre para que luego digan, y una con un utilitario de segunda mano que está para el desguace, y malviviendo en una habitación mugrienta de una pensión de mala muerte.

¡Ah! y aquí tenemos el santuario particular. ¿Cómo lo ves? Cama tallada con dosel traída especialmente desde Tailandia, de diseño exclusivo, y una terraza que da a un inmenso jardín y a ese pedazo de piscina dónde te puedes perder braceando.

Además el joyerío, que la tía no va descalza, ¡joder! Que aquí hay mucho oro y muchas piedras preciosas, nada de alta bisutería, y encima lo deja todo por ahí, en cualquier sitio. Lo que yo te diga, los ricos están hechos de otra pasta.

Y Marta recogiendo los vasos y botellas desperdigados por toda la casa tras la consabida juerga de los jueves, y aún se permite la muy cacatúa llamarme para que en cuanto acabe con esto, le lleve los trajes a la tintorería. Menudos modelitos se gasta la muy cabrona, que hay ocasiones en que me fugaría con ellos tal y como hizo el Dioni.

Y yo cumpliendo años y sin un trabajo acorde con mi titulación. Para eso me he dejado la piel estudiando día y noche. ¿Para qué quiero un titulo universitario si me dedico a limpiar en una mansión en la que se tira a diario a la basura, más comida de la que yo necesito en una semana? Y no es envidia que conste, que una es muy honesta y justa, pero lo cierto es que hay gente con suerte, aunque no me extraña porque este país es de locos. Pero digo yo, todos cagamos por el mismo agujero ¿no? y su mierda no huele mejor que la mía por muchos aires que se den.

Aunque si tuviera el carné del partido, otro gallo me cantaría, que ya me lo decía mi madre, nena, ábrete el escote, que vean lo mucho que vales. Tú siempre del lado de los que están arriba, no te compliques la vida hija, que con tu físico puedes llegar tan lejos como te propongas. Lo que más me fastidia es que voy a tener que darle la razón.

El caso es que bien pensado, este tío no tiene mala planta y está “forrao”. ¿Qué más se puede pedir? Y me mira el muy cabrón, vaya que si me mira, en cuanto paso a su despacho con el aspirador me desnuda con los ojos. Oye, pues a saber si no tengo la solución a mis problemas delante de mis narices. Porque no te vayas a creer que estoy por la labor de hincharme a trabajar más horas que un reloj de pasante en un bufete de mala muerte por cuatro perras, que para cuando quiera hacerme un nombre tengo más años que la Duquesa de Alba, que ni mover la boca puede ya la pobre.

En fin que el martes me vengo con escotazo y tacón alto, así, marcando tetas y trasero. ¿Quién sabe? Igual desbanco a esa Barbie de silicona, y me quedo con el trofeo para mí solita.

Uff ¡La una y media! No sueñes más Marta, que aún te queda la cocina y mira qué horas…

3 comentarios :

Pepi dijo...

Me gusto mucho el relato cuando lo leíste. Dices alto y claro lo que muchos pensamos.Besos. Pepi.

Anónimo dijo...

Real como la vida misma. Describe muy bien la situación de muchas mujeres que no pueden optar a un trabajo de acuerdo con su formación...y el final me gustó. Una chica lista al fin y al cabo. La construcción del texto me parece bastante acertada.

Saludos

Gerardo

Anónimo dijo...

Me ha recordado a alguien, tú ya sabes a quien jajaja.
Ánimo, y continua escribiendo que me haces disfrutar de un buen rato cada vez que leo algo tuyo.

Besos. Rosa